Conozco mucha gente que ha tomado decisiones equivocadas sin pensar en lo que luego puede pasar. Por supuesto que las decisiones traen consecuencias, y es necesario aprender a tomar buenas decisiones, y si cometemos un error tenemos que enfrentar con valentía las diferentes consecuencias.
Muchas veces parece que pensáramos con los pies, que no viéramos lo que una mala decisión puede implicar y es por esto que terminamos errando. Y por supuesto, me refiero a lo obvio, por ejemplo, es un gravísimo error robar, engañar, estafar, las consecuencias de estos son obvias. Esto es pensar con los pies.
Ahora que erramos no quiere decir que nos vamos a quedar sin hacer nada, porque también hay mucha gente que por equivocarse, nunca volvió a intentarlo; se trata, más bien, de ser capaces de, luego de la posible equivocación, tomar las riendas de la vida, aprender del error y seguir adelante.
Huirles a las consecuencias de las malas decisiones termina siendo, claramente, más complicado que enfrentarlas. Te invito a eso hoy, a no tener miedo a golpearte, pero también te invito a ser capaz de, luego del error, aprender lo que de ello puedes sacar. Vive a plenitud, sin miedo a golpearte, sin miedo a tener que pasar malos momentos, pero, sobre todo, con una actitud de aprendizaje.
Padre Alberto Linero
Febrero 2018.
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