lunes, 5 de junio de 2017

LA MEMORIA


Se dice que, “quien no tiene memoria de hechos, lleva la batalla perdida…”. En lo personal considero que esto es una gran verdad.
Si nos remontamos a los años 70’s o los 80’s, cuando en los colegios o escuelas se permitía el uso de calculadoras y no se conocía el efecto negativo que tendría sobre los alumnos, necesitamos usar nuestra memoria.  

Las personas que vivimos esta experiencia podemos hablar con hechos de memoria, y decir sin temor a equivocarnos, que, entre los ocho y diez años, el uso desmedido de la calculadora en esta etapa, tiene efectos irreversibles, ya que,  el desarrollo de la memoria es fundamental y se tiene que ejercitar. 
Ahora con el uso de la tecnología, usar una calculadora es muy fácil, sin embargo, no es solo dejar de hacer operaciones con la mente, el famoso “cálculo mental”, sino que, hablamos de que la memoria ya no retiene las imágenes de un vídeo juego, no tiene sentido hacerlo, pero tampoco se ejercita la memoria. 


Llanes Tovar (Llanes T.) lo expresa como sigue: “La memoria nos
permite recordar los sucesos pasados y así nos aporta datos y experiencias muy útiles…es nuestro gran almacén para toda la
existencia. Pero la memoria, como todo lo humano, se puede  mejorar y se puede deteriorar.”

Como en muchas cosas de la vida, el ser humano tiene un momento óptimo para desarrollar algo importante que le marcará su éxito o fracaso en la vida. La memoria aunque es una facultad secundaria, es decir, está subordinada a la inteligencia, esta no sustituye a la inteligencia.
Llanes T. lo dice así: “…conviene colocar la memoria en su lugar: no suple a la inteligencia o a la voluntad…la memoria es una ayuda. Pero está subordinada a las facultades superiores.”

Ejercitar la memoria es sano para nuestra mente, de hecho, si no la ejercitamos se deteriora hasta llegar al punto de no tener
retención de datos, acontecimientos con fechas, etc.  El uso de los electrónicos, evita que ejercitemos la memoria. Irónicamente, se cuenta con aplicaciones desarrolladas para ejercitar la memoria. Aún así, hagamos este recuento  de hechos con la memoria:



Aprenderse las tablas de multiplicar ahora es más difícil por todos los distractores que reducen el uso de la  memoria.
Recordar números telefónicos es inusual, porque la memoria la tiene el celular. En lugar de ampliar nuestra memoria como facultad, ampliamos la memoria del aparato.
Ciertamente se ha disminuido el uso de teléfono porque recordar los números es imposible, mejor se usa el celular que tiene en la memoria el número de contacto y solo damos un click.
Si nos vamos a temas específicos como la historia, ya no recordamos fechas, ni nombres de personajes que cambiaron el curso del mundo, claro, todos recordamos al principal, pero él no lo hizo sólo. Así que, también se pierde la perspectiva de que el mundo cambia por las personas involucradas en los hechos, pero pocos recuerdan la historia completa y escasas personas recuerdan los detalles. ¿Será a caso, qué a los gobiernos eso les favorece?

Se nos requiere más esfuerzo para ejercitar la memoria hoy, que
hace una década, cómo todo lo relacionado con el ser humano, por el bien de uno mismo, trabajemos la memoria para que no se deteriore. 
Ahora existen muchas aplicaciones que ayudan a lograrlo (Zonatopandroid, Lumosity, etc). 


Evitar que los niños pequeños y sobre todo entre los ocho y diez años de edad abusen del uso de los electrónicos o fomentar juegos de memoria como poemas, frases célebres,  textos cortos, etc.  
Es un error que los padres de familia se amotinen contra un maestro que ejercita la memoria. Sentido común, padres de familia, si a tu hijo le cuesta memorizar cosas, es porque no ejercita la memoria y su rechazo será mayor. Es un indicativo de que se debe trabajar más la memoria y retirar los electrónicos.


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