Educar en valores o aprender valores no es cosa sencilla. Requiere que la persona que los enseña sea congruente con el o los valores que quiere trasmitir y la persona que lo o los quiere aprender es necesario que, además de entenderlos, los estime y sobre todo los quiera poseer.
A continuación Llanes Tovar nos da cinco pasos para educar los valores:
1. Percepción del valor.
La persona necesita percibir un valor y apreciarlo como bueno para ella. Según Llanes T, este paso es el más importante y difícil de ejecutar.
Esto puede deberse a varias circunstancia que rodean a la persona, cómo por ejemplo, no tiene momentos de reflexión o no se da el tiempo suficiente para percibir lo que le ocurre.
Llanes T. sugiere lo siguiente con el fin de percibir un valor:
- Comparar un valor con otro en conversaciones, dinámicas grupales, ejercicios de reflexión.
- La congruencia de otras personas en un valor observado, suele ser un testimonio concreto que motiva a percibirlo de manera más clara.
- Una vivencia personal que me permite percibir el valor de manera impactante y esporádica, podría ser un foco de atención.
- Elegir un valor entre otras posibilidades, sea por sugerencia de alguna técnica o dinámica grupal. Después de un taller espiritual o de educación para la familia, las personas salen dispuestas hacer cambios.
2. Aceptación consciente del valor.
La persona que ya dio el paso 1, debe caer en la cuenta que determinado valor es importante para ella y hacerlo consciente, es decir, lo acepta como bueno y necesario para ella. (Recordemos que la conciencia es la facultad de elegir libremente).
- El testimonio de otras personas narrado y escuchado personalmente. Cambiar de amistades o grupos sociales hace más frecuente estas situaciones. Frecuentar siempre a las mismas personas o tener conversaciones sobre los mismos temas, provoca ciclos que obstaculizan los cambios positivos.
- La defensa o aceptación del propio valor ante otras personas. Al conversar con personas ajenas al grupo social que se frecuenta, es una excelente oportunidad de opinar sobre dicho valor de manera positiva.
- Hacer una lista de ventajas y desventajas del valor.
3. Reforzar la convicción.
Dado que los antivalores son difíciles de erradicar, es preciso reforzar la aceptación del valor por medio de la convicción, es decir, convencerse que el cambio es lo mejor para la persona .
- Fundamentar razonadamente el valor, sea por una investigación, haciendo lista de ventajas y desventajas, dificultad para adoptarlo.
- Los caprichos son un obstáculo para reforzar la convicción, tener fuerza de voluntad para evitar caer en estos y actuar conforme a los propios valores sólidos.
- Defender el valor ante quien lo rechace. Generalmente un antivalor se presenta en cierto grupo social y el valor será criticado y rechazado.
4. Desmontar los antivalores adquiridos.
Erradicar un antivalor es un cambio necesario en la vida. Sin embargo, desmontarlos implica forzosamente cumplir con los tres pasos anteriores.
- Autoexaminarse continuamente sobre las propias opiniones y acciones, dice Llanes T. Expresar avances ante un grupo, puede requerir coraje y valentía, pero, es una retroinformación muy positiva.
- El intercambio de opiniones en relación a una jerarquía de valores, favorece la posición del valor que se quiere adoptar y el antivalores que se desmontará, es decir, puede haber aun errores en la jerarquía.
- Siempre poner el valor antes que el antivalores. No es cuestionable.
- Reforzar el valor asimilado o adoptado.
- Valorar el proceso de cambio durante el proceso en la adquisición del valor.
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