martes, 4 de abril de 2017

VALORES Y CORRUPCIÓN



Entonces se puede ir visualizando que la “corrupción” es algo que rompe la estructura  de un orden social o que afecta a la sociedad, teniendo a la persona como base de dicha sociedad. 

Para todos los  casos estamos hablando de un “antivalor”, ¿qué es un antivalor? Primero debemos definir que es un valor, vicio, hábito y virtud, y así, entender lo que es un antivalor: un valor es un bien que mejora a la persona, un vicio es un mal que destruye a la persona, un hábito es la constancia de un valor y cuando éste se vuelve parte de la vida de una persona será una virtud (según DRAE (2016) virtud significa, “Disposición de la persona para obrar de acuerdo con determinados proyectos ideales como el bien, la verdad, la justicia y la belleza. 2. Acción virtuosa o recto modo de proceder”). 


 Por lo tanto, un antivalor es un mal que se ve como un bien, un ejemplo claro de un antivalor es fumar; hasta que entraron las leyes en contra de los fumadores, fumar era considerado un valor que daba estatus social e incluso intelectual, ya que muchos estudiosos fumaban, pero en realidad es un mal para la salud de la persona porque  daña la salud y engaña a la persona haciéndola sentir bien, cuando debería evitar hacerse daño así misma y a otros, ya que los fumadores pasivos son los que no fuman pero aspiran el humo del que sí lo hace.

  Otros antivalores que sutilmente se introducen en la vida de una familia y que para cuando se presentan los problemas, generalmente nadie sabe cuando ni en donde comenzaron...

Beber y fumar son dos antivalores que afectan a las personas desde temprana edad.       
Los trastornos alimenticios son otro serio problema de falta de atención de los padres a los hij@s y todo comienza con un antivalor vivido en familia. No tiene que ser el mismo para todos, pero, si se vive un antivalor por cada miembro de la familia...¿que se puede esperar de los miembros de esta?                                                                                                                                                                              
Los valores se clasifican según el bien que aportan a la persona en cuatro grandes niveles y estos a su vez en subgrupos, nos basaremos en la clasificación que Llanes Tovar hace para tener un mismo criterio y no crear confusión.




Una aclaración hace Llanes Tovar sobre el desarrollo del ser humano y es que, puede crecer como un monstruo, si no hay un crecimiento equilibrado.  

Este pequeño monstruo puede ir creciendo a pesar de la buena voluntad y una conciencia bien trabajada y para identificar que es lo que nos convertiría en monstruos, Llanes Tovar pone el siguiente ejemplo: “tener una enorme inteligencia, con una reducida capacidad de diálogo, hábitos desordenados, un trato social inadecuado, inmadurez para tomar decisiones acertadas, mucha energía, etc.” Todo en una misma persona.



¿Verdad, que entonces no basta con ser inteligentes y muy buenas personas con los demás? 

Para tener una formación humana buena, es necesario trabajar desde el interior de uno mismo.  Como punto de arranque cuando se es consciente de esta deficiencia, distinguir los valores es fundamental. No se puede erradicar un antivalor de otra manera y tampoco se puede evitar caer en un antivalor sin esta consciencia clara de que la formación humana se educa no se nace con ella.

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